domingo, 23 de enero de 2011

La carta más larga (A Mª José)


La carta más larga

No se acepta lo que se va de repente. Largas noches de soledad acompañan esta afirmación que en un solo instante entendí, al oír el golpe seco de una puerta, y un estallido en lo que me quedaba de aquel debilitado corazón que ya no siente. Noches enteras de agonía que sueñan con lo que podía haber sido y con lo que se esfumó sin comprender.
Una vida compartida que no llega a su final porque algún “hacedor” ha decidido traer la desgracia a nuestro techo. Unos planes rotos porque nos han sesgado la libertad. Un sueño que se ha vuelto una pesadilla porque ya no estás aquí para calmarnos, para ponernos en orden o para aliviarnos.
 Un momento en el que todo vuela y en lugar de ocupar la  silla en la que te sientas, quieres retroceder unos segundo y no oír a aquel que te habla de daño irreparable sin saber que, por momentos, también está desgarrando el corazón  del que escucha,  sin dejar la esperanza de la lucha.
Hoy, tan pocos amaneceres sin ti pero tantos segundos con tu ausencia, mi mundo se ha derrumbado sin posibilidad de construirlo de nuevo. Hoy ya no estás aquí.
Solo en el sueño vuelvo a ser libre. Cuando mis párpados se cierran, el corazón sueña contigo, mientras no aparto la mano de tu mano y vuelvo a escuchar tronar aquella puerta que se cerró tras mi esperanza desvanecida por una bata blanca y algunos datos que poco me interesan…Pero de nuevo me despierto y esos datos son ciertos.

Mi vida, ya no estas aquí, y yo como cada noche duermo en nuestra cama esperando que regreses, aunque solo sea en sueños, para regalarme otro instante de tu perfume o un roce de tu piel sin volver a esta cabeza loca que solo me recuerda tu risa y tu llanto, tu alegría y tu sufrimiento en este camino que (gracias a no sé qué) hemos podido compartir.
Gracias por hacerme saber lo que era la felicidad, gracias por darme estos dos hijos preciosos que ahora tanto te echan de menos, gracias por todo, ahora y siempre. Hoy te daría todo lo que no pude darte, y hoy te diría todo lo que no te pude decir.
                                              
                                                   Te quiero y te espero cada noche