martes, 17 de febrero de 2015

Quizá...

Con el tiempo pasado pero con sensaciones similares en el barco de la vida, les dejo esta canción que me recuerda los numerosos conflictos que todavía siguen abiertos, mientras unos y otros seguimos nuestra vida con nuestras propias luchas personales.
https://www.youtube.com/watch?v=8VGnmPjDzsk

jueves, 19 de julio de 2012

La generación perdida

Y nos sentamos a comer como cada día. Hoy no quiero hablar de lo que nos quitan o nos niegan. Hoy no quiero hablar de culpables. Pero de nuevo me levanto de la mesa con la sensación de que nos están tomando el pelo.
Mientras yo intento labrarme un futuro (con mis más y mis menos, mis circunstancias laborales, sociales y personales) escucho a otros debatiendo por lo que ni siquiera les preocupa. Escucho a alguno que ya nos ha denominado “la generación perdida” y sigue su discurso sin lágrimas en los ojos.
Entonces me pregunto ¿qué hemos hecho para perdernos? Y ahora les contesto. Personalmente hice una licenciatura, los estudios de doctorado y luego los de oposición. Mi círculo dio pasos similares. Unos con más suerte tienen un sustento, otros con menos, esperamos nuestra oportunidad. Los que me gobiernan dieron otros pasos. Se creyeron lo que no son, negaron sus errores cuando se equivocaron, insultaron a los que los votaron y gestionaron como quisieron (nunca con acierto). Hoy siguen manteniendo su pedestal de señores (y nos falta denominarlos por la gracia de Dios) y la peligrosa soberbia nos gobierna. Aquí y ahora los que deben pagar son los que no han hecho nada. De nuevo buscaré mis faltas por haberme perdido, pero las encontraré en las acciones de otros que simplemente tienen “leves amonestaciones”.

jueves, 29 de marzo de 2012

¿POR QUÉ NO VOY A LA HUELGA II?

La reforma laboral, que la mayoría no conocemos a fondo, no es una buena solución para los tiempos de crisis. Me gusta más el pensamiento de corte keynesiana, pero veo que tampoco nuestros políticos valoran esa posibilidad. Y yo, todavía no estoy en poder de hacer mi dictadura personal. Bromas a parte, los tiempos de crisis nunca fueron buenos, pero lo que realmente me molesta no es ya la falta de previsión en el futuro ni los recortes momentáneos, que también, sino la afirmación categórica de que todos debemos apretarnos el cinturón, mientras que los que me gobiernan, el ejemplo público de lo que el ciudadano de a pie debe ser, no nota la crisis.
Si su hijo tuviese que acogerse a estas medidas, ¿también seguirían de acuerdo?
Incluso, si alguien me dijera que todas estas medidas, tan drásticas y tan determinantes, van a ser la solución para una sociedad mejor, permitiría un abaratamiento del despido para que las empresas fomenten el empleo, un recorte de los beneficios del trabajador para repartirlo en ayudas sociales, una subida de los intereses para blindar la sanidad pública. Pero ¿díganme si estas medidas serán las que nos lleven a esas conclusiones o por el contrario todo será un poco más complicado?
Mi razón para no ir a la huelga no se contradice con los supuestos que se piden, aunque siempre radicalizados por unos pocos, se basa en una condición personal de alguien que no llega al antes conocido mileurista. Se basa en un pensamiento racional que cree que la paralización de los servicios beneficia únicamente al que tiene que pagar y penaliza al que tiene que usarlos. No niego que debamos alzar la voz cuando no estemos de acuerdo con las medidas acordadas, sólo que cada uno debe alzarla como quiera.

martes, 7 de febrero de 2012

A LOS QUE GOBIERNAN SINSENTIDO

En realidad tengo tanta rabia que he decidido seguir y seguir hasta que un día lo consiga y entonces preguntar por qué, por qué hacer cosas sin sentido, por qué burlarte de la gente sin ningún motivo, por qué perseguir a los que intentan mejorar desde tu alto sillón del poder. En realidad ¿qué clase de mentes gobiernan este país o lo han gobernado?

No importa, porque de una manera u otra nos tienen atados a sus decisiones en lo que concierne a infraestructura, entes públicos y burocracia. Lo bueno es que no pueden atarnos del todo. Lo bueno es que podemos seguir disfrutando de un amanecer como el que esta mañan había, lo bueno es que tenemos comida, lo bueno es que nos queremos.
Lo bueno es que nos tenemos. Yo soy feliz a tu lado y al de mi familia. Eso por ahora basta.

lunes, 24 de octubre de 2011

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ANA


Ana no es normal. Pero no es su silla, sino su fuerza la que la saca de la normalidad. Ana se levanta cada mañana y nunca se pregunta a quién va a ayudar. Como a todos, a veces los días nos aparecen grises, y es entonces, cuando ella se viste con su jersey rosa y su mejor sonrisa. Enchufa su silla y toma la calle como si fuera toda suya.
Ella no sabe que la gente la mira. A veces sorprende a alguien fijándose y lo argumenta pensando en su silla. Pero no se da cuenta de que la gente la mira porque va siempre con la sonrisa puesta.
¿Quién dice que los días son fáciles? Pero los suyos son menos. Su ducha o su peinado, aunque perfectos, siempre son más lentos. Pero no importa, ella se ha levantado, se ha animado y ha ganado.
Día a día gana la batalla, por eso todos la miramos cuando pasa. Su luz, a la que ella es inmune, alumbra a los demás. Su sonrisa fortalece al que tiene cerca, su ejemplo es anormal y su generosidad desborda. Por eso, la importancia de llamarse Ana, por ser nuestro ejemplo día a día y noche tras noche.

Gracias por estar ahí.

lunes, 29 de agosto de 2011

ESPERANZA


Esperanza se despertó pronto aquella noche. Se desperezó y empezó a bostezar. Tenía esa rara costumbre de bostezar varias veces seguidas antes de despejarse. Se sentía feliz. Le gustaba oír la respiración de su madre cuando estaba tranquila. Eso sólo ocurría por las noches, y no todas. Pero le encantaba despertarse en medio de la noche y sentirse segura, tranquila, llena de paz.
Cuando era de día su mamá siempre le hablaba, pero no paraba de moverse, siempre estaba ajetreada y pasaba la mayoría del tiempo fuera de casa. Iba a limpiar al chalet de María, que era la señora con la casa más grande de aquella zona y le hacía la comida, cuidaba a Belén por la tarde, una anciana que siempre le contaba cuentos. Y cuando llegaban las ocho corría a su casa para tener todo preparado. También conocía a Sergio, era su hermano. Le gustaba. Él era el que le contaba muchas cosas aunque a veces también la empujaba. Y un día sin saber por qué le dijo a mamá que la culpa de todo la tenía ella. No sé que le pasaba a mamá pero debía estar muy triste porque solo lloraba.
            Esta noche no sabía porqué se había despertado tan pronto. No oía nada raro y cómo estaba todavía cansada decidió cerrar sus ojos y acurrucarse un poco antes de empezar su actividad diaria. No había pasado ni un minuto cuando volvió a sentir ese fuerte impacto. No sabía de donde venía. Ahora agudizó su oído. Su mamá también se había despertado, nerviosa. Su corazón empezó a moverse más rápido. Gritó. Y se cayó. Ella volvió a recibir otro golpe. Y otro y otro. Oía la voz de Paco. No quería llamarlo papá porque no era bueno con mamá. Siempre le gritaba e insultaba a mamá y a Sergio cuando estaba nervioso o si la comida estaba salada. Por eso mamá siempre estaba fuera de casa.
Ella sabía que mamá se quería ir lejos. Pero no podía hasta dentro de un tiempo. Algunas noches cuando estaba tranquila su mamá le contaba cómo iban a vivir felices lejos de Paco. Sergio, ella y su mamá se irían a una ciudad grande donde hubiera columpios y ferias y no oirían nunca más esos gritos. Ahora sólo sentía golpes. Oía a su mamá casi sollozando, y ella también empezó a sentir las lágrimas en sus ojos por no poder ayudarla. Le suplicaba.
-“Por favor Paco, con ella aquí no. Por favor. Me dijiste no que no me tocarías hasta que ella estuviera fuera. Por favor nos vas a matar.”
“Esa es de otro, so puta. Me engañas y lo sé. Te voy a matar y a ese monstruo también”.
Después de sentir un fuerte dolor en su nariz, oyó como su mamá le decía a Sergio que saliera y avisara a su abuela. Paco intentó cogerlo, pero Sergio veloz se fue corriendo calle abajo. Ellas se quedaron allí, acurrucadas en un lado, con aquel enfurecido monstruo que había tomado diez cervezas de más y se creía más grande que nadie. Seguía golpeando a su mamá que ya casi ni susurraba.
Antes de que Sergio volviera, él la golpeó tan fuerte que ella se retorció. Cerró los ojos y a lo lejos oyó una sirena. Cuando los abrió la luz la cegó. Su mamá estaba allí tirada a su lado. Con todo el camisón rojo.
La gente se agolpaba alrededor. Sergio se abrazaba a ella que con sus ojos cerrados ya no se movía. Todos hablaban atropelladamente. Los médicos con sus máquinas pusieron muchas cosas por en medio. 
Pero la pesadilla había terminado.
Esperanza nació el día que su mamá murió a manos de un bárbaro que la maltrató hasta quitarle lo que más quería, a su hija Esperanza. Solo recordaba la voz de su madre, y su leve mecer antes de dormir. Oía las sirenas. Quería irse con su mamá. Al cielo, donde estaban las personas buenas y donde su padre no podría tocarlas más. Le dio pena de Sergio, crecería solo. Terminó cerrando sus ojitos una hora después de dejar el vientre de su mamá. 
Y el cielo acogió a estas criaturas para darles la paz que siempre habían merecido.

martes, 22 de marzo de 2011

A MAMÁ


Eres el ángel que tenemos cerca
Eres la persona que todos quisieran
tener como esposa, hija, madre, abuela o hermana
Porque eres la luz de un mundo que a veces
Se vuelve tinieblas.
Eres nuestra voz en el silencio y nuestro aliento
En cada duda, en cada batalla y en cada desaliento
Eres todo lo que alguien sueña ser:
        El agua en un camino desierto
       Las estrellas en una noche de verano
      La sonrisa en una fiesta
Y el abrazo en una pena.
Eres esa mano que se acerca
A curarte cuando ya no puedes.
Y eres tantas cosas
Que nadie puede pensarte
Sin agradecerte...